Hay palabras que se pronuncian con frecuencia en la iglesia, pero que rara vez se entienden con la profundidad que merecen. “Fe” es una de ellas. Decimos que tenemos fe, que caminamos por fe, que vivimos por fe… pero ¿realmente sabemos lo que eso implica?

La Biblia lo dice claro y repetido:
“El justo por la fe vivirá.”
—Romanos 1:17, Gálatas 3:11, Hebreos 10:38
Tres veces. Tres libros distintos. Una misma verdad.
Y si Dios repite algo tres veces, no es por llenar espacio, es porque quiere que lo entendamos como algo vital para nuestra vida. No como una opción… sino como el único camino para vivir.
Pero aquí viene el reto:
¿Puedes tener fe cuando el reloj de Dios no coincide con el tuyo?
La verdadera lucha no es con la fe… es con el tiempo de Dios
La mayoría de las personas no abandonan la fe porque dejaron de creer en Dios. La abandonan porque Dios no actuó según su calendario. Oraron por un milagro, esperaron una respuesta, creyeron por una puerta abierta… y nada pasó.
No fue la fe lo que falló.
Fue su capacidad de esperar en el tiempo de Dios.
Aunque parezca tardar, espérala; pues sin falta vendrá.
Habacuc 2:3
¿Y si Dios se tarda?
¿Y si tiene un plan que aún no entiendes?
¿Podrías seguir creyendo incluso cuando todo en ti grita por rendirse?
Fe que se ve, no solo se dice
Hebreos 11 nos muestra cómo vivieron los hombres y mujeres de fe. Y lo más interesante es que ninguno comenzó recibiendo algo. Todos comenzaron dando, caminando, obedeciendo.
Abel adoró.
Enoc caminó.
Noé testificó.
“Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio…” (Hebreos11:4)
“Por la fe Enoc fue llevado…” (Hebreos 11:5)
“Por la fe Noé construyó…” (Hebreos 11:7)
La fe no es pasiva. No se trata de esperar con los brazos cruzados.
La fe adora a Dios cuando no hay respuestas,
camina con Dios cuando no hay mapa,
testifica de Dios cuando nadie más lo hace.
Eso es fe.
La progresión de la fe: tres pasos que lo cambian todo
1. Adoración – La fe inicia cuando le das a Dios tu vida entera. No solo tus problemas. Tus sueños, tus temores, tus preguntas… todo.
2. Caminar – La fe se fortalece cuando caminas con Dios, paso a paso, incluso cuando no sabes adónde te lleva.
3. Testimonio – La fe madura cuando tu vida empieza a hablar más fuerte que tus palabras. Cuando otros ven a Dios a través de ti.
“Todo a Jesús yo me entrego, a Él me rindo sin reservas.”
¿Puedes orar eso de verdad? ¿Puedes vivirlo el lunes, no solo el domingo?
La fe no sobrevive en aislamiento
Después de la pandemia, muchos creyentes se aislaron. Dejaron de congregarse. Se convencieron de que la fe se puede vivir a solas… pero no es así.
La Biblia es clara:
No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros…
Hebreos 10:25
Tu fe necesita comunidad. Necesita personas que te levanten cuando caes. Que oren contigo. Que te reten a seguir caminando cuando no quieres dar ni un paso más.
Entonces… ¿Qué es fe?
Fe no es solo recibir.
Es adorar.
Es caminar.
Es testificar.
Y luego, cuando Dios lo decida… recibirás.
“Y sin fe es imposible agradar a Dios…”
Hebreos 11:6
No vivas una fe de domingo.
Vive una fe que transforma tu lunes, que da forma a tu martes, que dirige tu miércoles y sostiene tu sábado.Eso es fe.


AMADO DIOS
Hoy me acerco hasta Ti con fe y esperanza, para darte gracias porque estoy vivo, tengo un día más para crecer en mi fe, alcanzar mis metas y ser feliz.
Gracias padre celestial por mi familia, por mi hogar, por los alimentos que nos brindas con bondad y en abundancia y porque cada día podemos sentir tu maravillosa presencia prosperando y enriqueciendo nuestra senda.
Señor, en este instante te entrego mi vida y la vida de las personas que amo. Te pido que por favor ilumines nuestros corazones y nos permitas ser mejores personas, que tu espíritu nos acompañe a cada instante y que tus bendiciones se manifiesten sin cesar.
Te suplico que en este nuevo día nos concedas fuerza, fe y coraje para salir adelante con todo lo que acontezca y que tu paz y tu amor permanezcan con nosotros avivándonos a lo largo de la jornada.
Amado Dios, Tú conoces mis alegrías, mis miedos, mis obligaciones y mis compromisos. Por eso te pido que me des sabiduría y me guíes por caminos buenos, para así poder alcanzar la felicidad y la tranquilidad que tanto anhelo.
Te pido también que me libres del enemigo malvado, de la envidia que lastima y de la injusticia que hiere. Ayúdame y protégeme siempre, dame salud y apártame de todo mal.
No permitas que en mi vida sea preso de la prisión que hacen el odio y el rencor y en medio de la desesperanza, sé mi fuerza y mi valle de calma.
Amado Dios, gracias por escuchar mi oración y ser mi guía, pues mientras Tú me tengas en tus manos no habrá mal que me derrumbe, envidia que me alcance, ni problema que no pueda superar.
En el nombre poderoso de nuestro único salvador, Jesús.
Amén🙏🏻.
Por Ma. Guanajuato González Castañales.










