Crónicas Bíblicas, Hijos de Dios En Jesús.

Por Thimothy Keller

¿Cómo podemos tener un encuentro con Jesús, hoy?

Abordar algunas de las preguntas más importantes de la vida, utilizando la vida misma de Jesús, como se muestra en el Nuevo Testamento, en el Evangelio de Juan.

Lo he hecho,al examinar los relatos, de aquellos encuentros, que Jesús,sostuvo con gente común; donde vemos, cómo estos encuentros, cambiaron sus vidas para siempre.

Pero, ¿cómo podemos nosotros tener un encuentro con Cristo, hoy?

En estos estudios, hemos visto una y otra vez, que Jesús, vino principalmente a ser un ejemplo. Su misión, no era mostrarnos las respuestas a las grandes preguntas. Ni siquiera, vino a explicarnos las respuestas a esas preguntas.

No. Jesús, vino, a ser el Salvador, vino, a ser la respuesta a las preguntas importantes. Vino, a hacer por nosotros, lo que nosotros, no podíamos hacer por nosotros mismos.

Si queremos, que nuestras vidas, sean transformadas para siempre, debemos tener un encuentro con Jesús, como nuestro sanador. Para hacer esto, necesitamos ver lo que ÉL hizo.

En los eventos clave de la vida de Jesús, es donde podemos ver con mayor claridad, cómo, Él logró ser un salvador para nosotros. Así que, en estos, voy a examinar algunos de estos acontecimientos fundamentales en la vida de Jesús,tal como son presentados en los Evangelios, en el Nuevo Testamento.

(Tal vez, te preguntes, por qué he dejado fuera los tres eventos mejor conocidos de la vida de Jesús: Su nacimiento, Su muerte y Su resurrección. La razón, es que, ya que estos eventos, son más familiares para nosotros; sus significados,generalmente son más claros.

Sin la encarnación; por ejemplo, Jesús, no podría haberse hecho humano y tomar nuestro castigo. La crucifixión,significa, una solución para la culpa, el perdón por los pecados. La resurrección, significa, que al final, tendremos cuerpos nuevos, que serán un símbolo de nuestro triunfo sobre la muerte. Todos estos grandes y milagrosos eventos de la vida de Jesús, son cruciales.

En el siguiente estudio, estudiaremos algunos incidentes, no tan conocidos que nos van a llevar a profundizar en lo que Jesús hizo para salvarnos. Jesús, venció el pecado por nosotros, intercedió por nosotros, obedeció perfectamente por nosotros, dejó esta Tierra, para reinar por nosotros y dejó el cielo para morir por nosotros.

En primer lugar, veamos, cómo comenzó el ministerio público de Jesús. Dos eventos sucedieron, uno tras otro; con el fin de prepararlo para la vida pública, más impactante que el mundo jamás haya visto. En tres de los cuatro Evangelios, estos incidentes son,  el bautismo de Jesús, y luego, la tentación por Satanás en el desierto, presentados juntos, y creo, que es por una buena razón.

Esta, es la historia que relata el Evangelio de Mateo en los capítulos 3 y 4:

Un día, Jesús fue de Galilea al Jordán, para que Juan, lo bautizara. Pero, Juan, trató de disuadirlo.

Yo soy el que necesita ser bautizado, por Ti, ¿y Tú vienes, a mí? objetó.

Dejémoslo así, por ahora, pues, nos conviene cumplir con lo que es justo. Le contestó, Jesús.

Entonces, Juan consintió. Tan pronto, como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento, se abrió el cielo, y vio al Espíritu de Dios, bajar como una paloma y posarse sobre Él.

Y una voz del cielo decía: Este es Mi Hijo amado; estoy muy complacido con ÉI. Luego, el Espíritu, llevó a Jesús al desierto, para que el diablo, lo sometiera a tentación.

Después, de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador, se le acercó y le propuso:

Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.

Jesús le respondió:

Escrito está: «No sólo de pan vive el hombre, sino, de toda palabra que sale de la boca de Dios»

Luego, el diablo, lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie, sobre la parte más alta del templo, y le dijo:

Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está, «Que Sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna».

También está escrito: «No pongas a prueba al Señor tu padre Dios». Le contestó Jesús.

De nuevo, lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.

Todo esto, te daré, si te postras y me adoras.

¡Vete, Satanás! Le dijo Jesús.

Porque, escrito está: «Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a ÉI».

Entonces, el diablo lo dejó, y unos ángeles, acudieron a servirle. (Mateo 3:13-4:11).

Aparte de la crucifixión misma, el bautismo, es el único evento, en la vida de Jesús que se menciona en los cuatro Evangelios. El bautismo, es un evento crucial. Pero, sólo aquí, en Mateo, la escena de la tentación, es registrada con detalle. Y, es importante reconocer. Cómo, el bautismo y la tentación, están conectados por la palabra, “luego”, y que, en algunas versiones, es traducida como, “entonces”. Dios, habló palabras poderosas:

«Este, es Mi Hijo amado; estoy muy complacido con Él”. Entonces, Jesús, fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Entonces, es como “un por lo tanto”. 

Después de gran bendición y éxito, llegó la prueba y la tentación.

Nadie, al parecer, puede lograr una vida de éxito, alegría y bendición continua. Por más que intentemos, sin importar,qué precauciones tengamos; sin importar lo bien que nos vayan las cosas, siempre algo llega para arruinarlo. Ni las personas más talentosas, diligentes e inteligentes, pueden escapar de las ondulaciones de la vida.

Ah, -podrías decir- “¿pero, que, si nos esforzáramos más en hacer el bien? Qué, si viviéramos buenas vidas y obedeciéramos a Dios, y oráramos cada día, pidiéndole, que nos protegiera de todo sufrimiento y dificultad”.

Está bien. Hazlo. ¿Qué pasaría, si realmente, pudieras superar todos tus defectos? ¿Qué, pasaría, si pudieras llegar, a ser perfectamente, sabio y comprender los caminos de Dios, el corazón humano, los tiempos y las estaciones, de tal forma, que siempre tomaras decisiones sabias? ¿Qué pasaría, si pudieras tener, una fe constante en Dios? ¿Qué pasaría, si tu vida, fuera perfectamente agradable ante Dios? Seguramente, ¡Dios, te protegería, y tu propia santidad y sabiduría, te guardarían también, y tu vida siempre iría bien! ¿no?

¡No! Porque, aquí vemos, al Único que sí hizo todas estas cosas. Dios Padre, recién había dicho, que la vida de Jesús,era agradable y perfecta, ante Sus ojos. El Espíritu de Dios,había descendido sobre Él, para guiarlo. Y, aun así, mira lo que sucedió.

Jesús, es amado y afirmado, por Su Padre;recibe Su poder. Y podrás pensar ¡Y, entonces… entonces!

Es conducido,directamente, a las garras del diablo. Este, es el orden de los eventos: Primero, el amor y el poder de Dios, y luego la maldad, la tentación, el desierto, el hambre terrible, y la sed.

Esta pequeña palabra, entonces, es una palabra asombrosa.

Es casi, como si Mateo, intentara decirnos:

«Presten atención: Nadie, está exento de pruebas y tribulaciones. De hecho, esto es lo que frecuentemente, le sucede a las personas, a las que Dios, ama profundamente, ya que, esto parte del misterioso y buen plan de Dios, para transformarnos, en algo grandioso»

Todo esto, nos dice, por cierto, que los amigos de Job,estaban equivocados. Tal vez recuerdes, que, en el libro de Job; 

Job, parecía estar viviendo, una vida ejemplar, y, de pronto, prácticamente, todo de su vida, se derrumbó. Perdió a su familia, su considerable fortuna y su salud. Job fue enviado, por decirlo así, al desierto.

Los amigos de Job, vinieron a verlo, a ver qué era lo que estaba sucediendo, y, en pocas palabras, dijeron: 

“Mira, Job, nuestras vidas, son producto de nuestras decisiones. Si decides, vivir rectamente, tu vida, irá rectamente. Si, Dios, te amara, Él, no permitiría, que estas cosas, sucedieran. Dios,debe estar enojado contigo, por las decisiones que has tomado»

Así es, como muchas personas, piensan. Probablemente,casi todas las personas. Cuando, las personas de clase media, ven a los pobres, asumen, que el pobre, no trabaja tanto como ellos.

Cuando, las personas de familias saludables, ven a familias con dificultades y disfunciones, asumen, que no se han esmerado, por tomar decisiones correctas. Si no estamos sufriendo en ese momento, nuestra tendencia siempre es tomar crédito por ello en nuestras mentes.

No se debe a la suerte, ni a la gracia, sino, al hecho, de que vivimos vidas buenas e inteligentes. Pero, en Mateo 3, vemos a la única persona, en toda la historia del mundo, que realmente, sí vivió una vida recta, incluso, una vida perfecta; alguien que merecía el amor completo de Dios.

Jesús, sí se merecía, un pase para evitar el sufrimiento y las incomodidades. Sin embargo, Su vida fue terrible.

Y, esta escena de la tentación, es sólo, el comienzo, sólo, es el primer asalto. Después, viene una progresión constante de rechazo, atentados contra Su vida, traiciones, pobreza, dolor, pérdida, tortura, y, finalmente, muerte. Jesús, fue juzgado y ejecutado en un acto de injusticia. Todo, saldría mal para Jesús, a partir de este momento.

¿Qué nos muestra esto? Una cosa que nos demuestra, es el poder, la complejidad y la incurabilidad de la maldad en el mundo.

Las personas seculares, ven al mundo, como si estuviera formado estrictamente por cosas materiales. No existe alma ni espíritu, ni demonios, ni ángeles. Todo, tiene una explicación científica natural.

En esta cosmovisión, la maldad en el mundo –si es que existe- puede, ser tratada, educando al ignorante, cambiando los sistemas sociales y proveyendo, un mejor tratamiento psicológico y farmacológico.

Sin embargo, una y otra vez, durante el último siglo, los pensadores occidentales, se han sorprendido por la profundidad y el poder de las fuerzas de la maldad en el corazón humano y en el mundo.

El profesor de la Universidad de Columbia, Andrew Delbanco, en su libro, La muerte de Satanás: Cómo los americanos han perdido el sentido de la maldad, escribe: «Una brecha se ha abierto en nuestra cultura entre la visibilidad de la maldad y los recursos intelectuales disponibles para sobrellevarla».

Pero, la Biblia puede ser un puente sobre esta brecha, y puede responder a todo lo que experimentamos y presenciamos a nivel personal, en el recorrido de la historia. Nos dice, que la maldad, es más multidimensional, matizada y compleja, de lo que las ciencias, pueden sugerir.

Sostiene que, aparte de las injusticias sistemáticas, la ignorancia personal y los desequilibrios fisiológicos, realmente parecen fuerzas espirituales de maldad en el mundo, y que, detrás de todas ellas, se encuentra una inteligencia sobrenatural.

El mundo occidental, ha rechazado en gran medida, esta dimensión de maldad. La Biblia, nos indica, al igual que los amigos de Job, estamos siempre subestimando el poder de la maldad en nuestras vidas.

Por ejemplo, muy en lo profundo de nuestro ser, nos aferramos a la idea simplista, de que, si somos buenas, todo en la vida saldrá bien.

Sin embargo, si existen fuerzas demoniacas. Es lógico pensar que la verdadera bondad y piedad atraen y despiertan estos poderes.

Y esto, es justo lo que vemos aquí, en el relato del bautismo y la tentación de Jesús. (Creer que la bondad moral resultará, en una buena vida, es una comprensión simplista de los propósitos de Dios para nosotros. Él, es infinitamente sabio, puede ver el principio y el final, y tiene buenos propósitos para nosotros, escondidos al otro lado del desierto. 

Así como, la paciencia de Job en el sufrimiento, lo convirtió en un ejemplo, que ha ayudado a cientos de millones de personas, y así, como la tentación de Jesús, lo preparó para el ministerio que cambiaría la historia y salvaría al mundo, así el Espíritu de Dios, nos lleva al desierto, para nuestro propio bien).

Constantemente, somos sorprendidos por la inflexibilidad de la maldad en el mundo, pero, esto es parcialmente, debido a que las personas modernas, ven «primitiva» a la Biblia y no escuchan lo que tiene que decirnos sobre la realidad. Pero,si la Biblia está en lo correcto, y si este tipo de maldad existe, ¿en qué nos beneficia saber más sobre él?

Bueno, cuando la Biblia, habla sobre nuestros encuentros con la maldad sobrenatural en la vida, generalmente, usa lenguaje de batalla.

Si no sabes, de dónde viene el ataque, o SI subestimas erróneamente al enemigo, entonces, es muy probable que pierdas la batalla.

Entonces, si no sabemos,qué es lo que está allá afuera y de dónde viene, ¿cómo lo enfrentaremos, sin ser abrumados? Consideremos, lo que el texto de Marco 3 indica.

Nos dice, que, para enfrentar la verdadera maldad, necesitamos contestar tres preguntas: ¿Quién es el enemigo? ¿Dónde está el frente de la batalla? ¿Cuál es nuestra mejor defensa en esta batalla?

Como ya hemos dicho, la perspectiva bíblica sobre la maldad, es que la maldad es compleja y exhaustiva.

No puedes confinarla a decisiones humanas, o a sistemas sociales, o a problemas psicológicos, o a una simple falta de educación.

En efecto, ni siquiera la puedes localizar por completo dentro de este conjunto de fuerzas conjuntas. Tampoco, puedes usar el razonamiento, que ha hecho tanto daño en la historia del mundo de culpar a «esos de, por allá»; es decir, que la maldad es causada, principalmente por otro grupo de personas ajenas a ti.

«Esos de, por allá» pudieran ser de cierta raza, clase, nación, religión o ideología

política. La Biblia, dice que la maldad es natural y sobrenatural. Que la maldad, está dentro de nosotros y fuera de nosotros, que la maldad, es sistemática a nivel individual y a nivel social.

No existe poder humano capaz de escapar completamente de ella, o siquiera llegar al fondo de ella en nuestro propio entendimiento.

Históricamente, han existido dos rivales principales de la cosmovisión bíblica, que intentan explicar la naturaleza de la maldad.

Por un lado, tenemos el dualismo, que dice, que existen dos fuerzas iguales y opuestas en el mundo: el bien y el mal. La realidad, se basa en el choque de estas dos fuerzas, las cuales, continuarán luchando hasta el final de los tiempos, o incluso por la eternidad. Esto, quiere decir, que, no existe la posibilidad de algún triunfo sobre la maldad. En esta cosmovisión, Dios, no es realmente más poderoso que Satanás. Agustín, en su libro, La Ciudad de Dios, señaló,que el Paganismo, es dualístico.

La mayoría de las formas de paganismo, dicen que existen dioses buenos y malos, poderes buenos y malos. Esto,quiere decir; sin embargo, que el mundo, es fundamental e irremediablemente, un lugar violento, y no un lugar, de orden, belleza y esperanza. Es un mundo, de múltiples centros de poder, que están en una guerra eterna. Tal vez,podrías crear una isla de paz y de orden, pero, con el tiempo, esta isla, será inundada por la maldad.

La verdad, es que, en última instancia, no hay esperanza de resolver el conflicto, ni de traer paz duradera.

Sin duda, algo de esa maldad, se les atribuye a las fuerzas demoniacas reales. 

Pero, por otro lado, el cristianismo, no es dualístico. Las fueras demoníacas, no son tan fuertes como Dios.

El diablo, es un ángel caído, que guía a ángeles caídos; y Dios, es, infinitamente, más poderoso.

Al final, no sólo Dios, puede vencerlos a todos, sino que, sin duda, lo hará. Esta, es la electrizante promesa y la esperanza, que corre a través de todas las páginas de la Biblia.

Tal vez, puedas pensar, que la idea de un diablo es una idea primitiva, una creencia, para personas sencillas.

He estado argumentando, y respetuosamente sugiero de nuevo, que,si intentas explicar el mundo, sin la existencia del diablo, eres tú, el que está siendo espiritual e intelectualmente ingenuo.

Ahora, pasemos a cosas más prácticas.

Si conocemos,quién es el enemigo, la segunda pregunta que debemos considerar, es: ¿Y dónde están las trincheras? ¿Qué nos dice la Escritura, además del hecho de que existe un diablo?

Nos dice, dónde está el frente de la batalla, el principal punto de ataque. Observa, que varias veces, el diablo dice: «Si eres el Hijo de Dios».

Este, es su principal punto de ataque,no sólo, contra Jesús, sino, contra nosotros también.

Unos versículos antes, Dios, le ha asegurado a Jesús, que,en verdad, es Su Hijo amado, y, Satanás, inmediatamente,ataca a Jesús, en ese punto.

Básicamente, Satanás le pide a Jesús, que le demuestre que Dios lo ama y que le ha dado autoridad.

Pero, no es necesario que una persona demuestre su identidad, a menos que tenga dudas.

Y, esa, es la principal meta militar de Satanás, él quiere, que Jesús,pierda la certeza de la aceptación completa de Dios y de Su amor incondicional.

Ahora, si este, es el principal frente de ataque de Satanás, ¿cómo busca lograrlo con nosotros?

Para comenzar;

Satanás, quiere evitar, que creamos que Jesús, es realmente el Hijo de Dios y el Salvador del mundo.

Observa cuidadosamente, lo que Dios, dice desde el cielo en el bautismo.

Primero dice: «Este, es Mi Hijo amado», una referencia al Salmo 2, una canción, que trataba del rey mesiánico de Dios, el cual, terminaría con toda la rebelión y la maldad en el mundo.

Pero, cuando Dios dice: «Estoy muy complacido con Él», alude a Isaías 53, donde, describe, al Siervo sufriente, una persona misteriosa, y que algún día sufriría y moriría por las transgresiones del pueblo. Esta es,una clave importante para comprender toda la Biblia.

A lo largo del Antiguo Testamento (como en el Salmo 2),encontramos la promesa de un gran rey mesiánico, que vendrá a arreglar el mundo. Muchos de los judíos, lo esperaban con ansias.

Por otro lado, estaba también el personaje que describe Isaías, el Siervo sufriente.

A los judíos, se les había dicho,que este siervo sería rechazado, que, «gracias a sus heridas, seríamos sanados» (Isaías 58:5). Y, nadie, hasta que Dios,bendijo a Jesús en el bautismo, había puesto a esas dos personas juntas. Dios, estaba tratando de que comprendiéramos esto: Jesús, no es sólo un buen hombre,que nos dice cómo vivir. Tampoco, es un ser celestial, que vino a destruir toda la maldad, de un solo golpe.

Como hemos visto, la maldad, está enraizada en lo más profundo de nuestro ser. Y, si Jesús, hubiera venido a terminar con toda la maldad en ese momento, entonces,también habría terminado con nosotros.

En cambio, Jesús,es un rey que vino, no a un trono, vino a una cruz; vino, a ser tentado y probado, a sufrir y a morir. Para que pudiéramos,recibir el amor de Dios.

Como dice el himno:

«Delante del trono, absueltos estamos, amor, ha cumplido,con las demandas de Tu ley»,

Y, así, si descansamos, en la obra que Cristo logró a nuestro favor; podemos ser adoptados en la familia de Dios, por medio de la gracia Juan1:12.

Esto, quiere decir, que ahora,podemos saber, que nosotros también, somos hijos amados de Dios, y que, en Cristo, Dios, se complace en nosotros.

Esta seguridad, es la raíz principal del gozo más profundo,que pudiera existir. Por un lado, significa, que ahora,queremos darle la espalda a sus preceptos y liniamientos o a cualquier cosa, que desagrade, a nuestro Padre.

Ya no lo hacemos por miedo al castigo o por demostrar nuestra supuesta bondad. Esos motivos, son agotadores por nuestra condición humana son inevitable el que pequemos, no somos perfectos,  y si pensamos que somos infalibles y perfectos crea corazones orgullosos y endurecidos.

No. En cambio, desde un gozo agradecido, deleitarnos, en Aquel que nos salvó, enmendamos y arrepentimos de nuestra vida, surgirá una transformación en nuestros corazones teniendo nueva efectividad.

Por otro lado, los miedos, ansiedades e inseguridades, que antes nos perseguían, ahora comienzan a disiparse.

El éxito o el fracaso, en nuestro trabajo, ya no nos envanece, ni nos destruye. Ya no nos domina la inconformidad con nuestra imagen o nuestro estatus, ya no nos desalientan las críticas como antes.

Nuestra imagen propia, descansa en un amor,que no podemos perder.

Ahora, puedes ver, ¿por qué?, ¿Satanás, toma esto, como su principal frente de ataque?

Satanás, quiere a toda costa, detener a las personas, para que no adquieran este tipo de poder.

A las personas, que no creen en el cristianismo, intenta mantenerlas ciegas ante la verdadera identidad de Jesús. Satanás, quiere que crean,que Jesús, fue un hombre bueno.

Por otro lado, a las personas, que piensan que son cristianos, pero, no comprenden que la salvación es un regalo de Cristo, Satanás, espera mantenerlos ignorantes.

Él, quiere mantenerlos confundidos sobre la verdad de que somos justificados (aceptados por Dios) únicamente mediante la fe en Cristo, no a través de nuestros esfuerzos morales.

Pero, para aquellos de nosotros, que sabemos que somos adoptados como amados hijos e hijas; Satanás, quiere, que retrocedamos a nuestra identidad pasada, basada en nuestro comportamiento moral, nuestros esfuerzos y nuestra bondad. Pero, la verdad, es que, «Somos salvos por Jesús y mediante la gracia».

¿Cuál es tu mejor defensa en esta batalla? Otra vez, veamos lo que podemos aprender del siguiente texto.

Primero veamos que Jesús, no trata con Satanás, en lo que yo llamaría una forma mágica o supersticiosa.

Jesús, no simplemente lo destruye con Su gloria. NO estoy diciendo que no exista tal cosa como la posesión demoníaca y que amerite una palabra de mando.

Es obvio que en los Evangelios vemos. que Jesús lo hace en ciertos casos. Pero, en general; Satanás no nos controla con mordeduras de serpiente sobre la piel, sino con mentiras dentro de nuestro corazón.

Vemos esto en el relato del Jardín del Edén, cuando Satanás tienta a Adán y a Eva. No llega con todo tipo de efectos especiales, sino que sugiere ideas a sus corazones que contradicen la palabra de Dios, impugnan Su carácter y destruyen la relación de confianza que tenían con El.

Lo mismo sucede en nuestro caso. Nuestra mejor defensa en la lucha contra las mentiras de Satanás generalmente no se encuentra en el pronunciamiento de conjuros, sino en recordar y decir la verdad.

Observa la forma en la que Jesús usa la Biblia.

Ese es uno de los puntos más obvios del pasaje. Jesús usa la Escritura cada vez que es atacado por el diablo. Esta estrategia, por supuesto, encaja con lo que acabamos de decir sobre el frente de la batalla.

Satanás quiere que te sueltes de la verdad. Pero más que esto, Satanás quiere influenciar las creencias de nuestro corazón. De acuerdo con la Biblia, el corazón no es solo el lugar donde se guardan las emociones, sino también la fuente de nuestras creencias, esperanzas y confianzas más profundas. Y del corazón fluyen nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. En lo que el corazón confía, la mente justifica, las emociones desean y la voluntad ejecuta. 

Si Satanás, logra que tu mente consienta ante la idea de un Dios de gracia y amor, pero, que tu corazón, crea que debes hacer X, Y o Z, para ser una persona digna de Su amor, él estará más que satisfecho.

Es por esto, que cada vez que Satanás, dice algo, que insinúa o niega abiertamente las promesas y revelaciones de Dios, esto, debe ser contestado con la Escritura misma.

Jesús, cita Deuteronomio 8:3, después 6:16 y finalmente 6:13. Aun, cuando estaba en la cruz, (cuando se encontraba en Su más profunda agonía, citó el Salmo 12.1 

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»

Cuando estás en momentos de profundo dolor, las cosas que salen de tu mente y de tu boca, son las más fundamentales de tu ser.

Y,cuando Jesús, estaba en tales momentos, salieron palabras de la Biblia. Cerca del diez por ciento de todas las cosas,que Él dice, son citas o alusiones de las Escrituras hebreas. Cuando conoces las Escrituras, también, todos tus pensamientos y emociones, son procesados a través de un filtro bíblico. Y, cuando tienes las citas, las promesas y las revelaciones de Dios, fijadas en lo más profundo de tu ser, es extremadamente difícil, que Satanás te tome desprevenido y ataque tu garantía de salvación.

Cuando te afianzas de la Escritura, no eres vulnerable en las trincheras de la batalla donde Satanás te ataca.

Ahora bien, tengo que preguntarte: Si Jesucristo, el Hijo de Dios, no se atrevió a enfrentar las fuerzas malignas en el mundo, sin tener un profundo conocimiento de la Biblia, en Su mente y corazón, ¿qué, nos hace pensar que nosotros,podemos intentar enfrentar la vida de cualquier otra manera? Es verdad, que esto requiere de mucho tiempo y esfuerzo.

La adoración, la lectura diaria, la meditación y memorización;cantar, escuchar Su Palabra, todas las cosas son necesarias para llegar a situarnos en las Escrituras.

Y, cuando estemos bajo ataque, tentados a pecar, a estar desanimados o a darnos por vencidos, es ahí, donde debemos luchar por llevar las palabras y promesas de la Biblia, al centro de nuestro ser, para que habite en ustedes la Palabra de Cristo, con toda su riqueza. (Colosenses3:16). 

Por supuesto, será y se sentirá, como una batalla. J. C. Ryle escribió:

El cristianismo verdadero, es una batalla… Existe un sinnúmero de actos religiosos en el mundo, que no son de un cristiano verdadero y genuino. Es, un cristianismo, que cumple requisitos, que satisface conciencias adormecidas; pero no es genuino.

Existen cientos de hombres y mujeres,que van a la iglesia cada domingo, pero, nunca ves ninguna «batalla» en su religión. No conocen, absolutamente nada sobre las luchas espirituales, sobre el esfuerzo y el conflicto;sobre la abnegación, la oración y el combate.

Por favor, no separes la tentación del bautismo en este pasaje. Satanás, viene a Jesús, porque, Jesús, ha sido comisionado; fue, autorizado por Dios, para llevar a cabo una misión.

Jesús, está a punto, de embarcarse en un periodo intenso,en el que enseñará y sanará a personas en esclavitud espiritual.

Tal como Jesús, nosotros luchamos contra Satanás, no solamente en nuestros corazones, sino, afuera,en el mundo, cuando buscamos destruir sus obras.

Cuando, buscamos ayudar a una persona a encontrar fe en Cristo o cuando amamos a nuestro vecino pobre, mediante actos de compasión y servicio, estamos luchando contra Satanás, en el frente de la batalla.

Tenemos un recurso más para esta batalla espiritual, y está justo enfrente de nosotros, en este pasaje. Me refiero, a Jesús mismo.

Hebreos 4:15 nos dice, que Jesús es nuestro sumo sacerdote. Los sacerdotes, eran consejeros y sanadores, y se nos dice, que Jesús puede empatizar con nuestras debilidades, y puede darnos «gracia, que nos ayude en el momento que más la necesitemos» (Hebreos 4:16)

¿Por qué? Porque, Él, fue «tentado en todo, de la misma manera que nosotros, aunque, sin pecado» (v 15). 

Él, está allí, para ayudarnos a enfrentar la realidad de la maldad, dentro y fuera de nosotros, habiéndolo hecho, Él mismo,como hombre. Entonces, al luchar contra las mentiras de Satanás, en nuestros corazones, y contra su obra en nuestro mundo, descansemos, no sólo, en la Palabra del Señor, sino, también, en el Señor de la Palabra.

No tenemos simplemente un libro, tan perfecto como sea.

Tenemos a Jesús mismo, quien ha pasado por pruebas de fuego, tan intensas, que ni siquiera las podemos imaginar. Y lo ha hecho, todo por nosotros.

Así que, ahora agradecidos,con Su profunda empatía y Su tierno poder, podemos enfrentar todo a su lado. 

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Un comentario en “Crónicas Bíblicas, Hijos de Dios En Jesús.

  1. Lo que le paso a Job fue que lo que temió le vino como dice la palabra , sólo conocía a Dios de oídas pero recibió salvación de Dios y ahora sus ojos lo vieron , cómo dicen en mi escuela Bíblico ca :» Dios es bueno todo el tiempo » , el perfecto amor hecha fuera todo temor .

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